“Quien no conoce su historia está condenado a repetirla.” – George Santayana

Esta frase se ha convertido en una especie de eco universal, pronunciada por filósofos, psicólogos, sanadores y hasta guías espirituales. Y no es casualidad. Porque mientras caminamos en automático por la vida, creyendo que todo empieza con nuestra fecha de nacimiento, olvidamos que somos la continuación viva de memorias que no comenzaron con nosotros

La historia personal no empieza cuando naciste

Tu historia no se reduce a tu edad, ni a tus títulos, ni a las experiencias que recuerdas conscientemente. Tu historia comenzó mucho antes de que respiraras por primera vez. Comenzó cuando en el nivel de alma elegiste nacer, dio continuidad en el útero. Se nutrió en lo que tu madre sentía, callaba o soñaba mientras tú crecías en su vientre. Comenzó incluso en lo que vivieron tus abuelos, bisabuelos o ancestros que jamás conociste, pero que dejaron huellas profundas en tu ADN emocional y energético.

 

Hoy la epigenética y las neurociencias transgeneracionales lo confirman: lo no dicho, lo no resuelto, lo no sanado, se hereda. No como un castigo, sino como una invitación a trascender.

No es ser intrusivo, es ser valiente

Preguntar, investigar, indagar en las memorias familiares no es chisme ni intromisión. Es responsabilidad personal y espiritual. Es decidir que no repetirás los pactos de escasez, abandono, desamor, silencio o sufrimiento que se firmaron antes de ti. Es tener el valor de mirar con compasión lo que fue, para liberar lo que puede ser.

Y sí, requiere tacto, respeto y compasión. No se trata de señalar a mamá, papá o a los abuelos como culpables, sino de reconocer que dentro de esas historias están las claves para descodificar lo que hoy te duele, resignificar lo que antes te limitaba, y soltar lo que ya no te pertenece.

 Tu historia es tu medicina

Cuando entiendes tu historia, puedes resignificar tu identidad. No estás rota, estás recordando. No estás repitiendo patrones porque seas débil, sino porque aún no has mirado la raíz. En el sistema Regressa lo decimos así: la información que no se reconoce se repite; la que se abraza, se transforma.

Conocer tu historia es un derecho. Es un acto de amor contigo. Y es, muchas veces, el inicio del renacimiento.

¿Quieres ir más profundo?

Si este tema resuena contigo y estás lista para explorar cómo la historia familiar, los conflictos no resueltos, tu gestación, nacimiento y entorno actual están activando o desactivando secuencias en tu ADN…
Te invito a conocer la Formación en Epigenética Cuántica del sistema Regressa.

Es una experiencia de 5 meses, diseñada para quienes sienten el llamado a sanar desde el alma, reconectar con su poder creador, comprender el lenguaje del cuerpo, la energía y la historia personal.
Una formación viva, espiritual, científica y profundamente práctica.

Thatiana Ninew!

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