Ya es común ver cientos de memes haciendo mofa de personas tóxicas, ¿los has visto? Para analizar el tema, la coach emocional Thatiana Salazar te dará las claves para descubrir si la persona tóxica del cuento eres tú. Sigue leyendo…

 

«Si siento que debo expresarme a través de estos memes o frases, es porque yo misma tengo comportamientos tóxicos, vibro en esa energía, y desde esa energía, atraigo personas».

La tarea que sugiere Salazar «es entrar en conocimiento de nosotros mismos: qué me gusta, qué no me gusta, por qué, cuándo, en dónde y cómo lo siento. En ese autoconocimiento te ocupas tanto de amarte y conocerte, que las personas que lleguen a tu vida serán interpretadas por ti como maestras, no como tóxicas».

La también conferencista no vacila en afirmar que las personas tóxicas sí existen, y que las atraemos con nuestro nivel vibratorio. «Si están llegando con frecuencia o me entero de historias de personas tóxicas, lo importante es revisar cómo estoy vibrando respecto a esa energía, qué toxicidad soy yo para los demás, y lo más importante, qué tan tóxica soy yo para mí».

Personas tóxicas

Pero ¿cómo saber si soy tóxica para mí? Sencillo, ¿cómo te hablas, qué te dices? «Si frente al espejo me hablo de lo horrible que me veo, de lo espantosa que soy, me digo bruta o tan pendeja, estoy en un comportamiento tóxico hacia mí».

Salazar explica que la toxicidad la creamos en nuestro clan familiar, sitio donde debemos trabajarla. «Al no ver el aprendizaje de una experiencia desfavorable y limitante con mi familia, no puedo trascenderla. Inevitablemente, al establecer otras relaciones, replicaré conductas que me conectarán, desde mi juicio, con más toxicidad. Así es como me cruzo con amigos, parejas o ambientes tóxicos, porque no he logrado ver en mi casa qué hay detrás de ese comportamiento que yo denomino tóxico».

La coach emocional destaca la importancia del trabajo interior para aprender, mejorar y trascender situaciones adversas, además, es la fórmula ideal para evitar relaciones interpersonales cargadas de toxicidad.

Dayana Romero